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lunes, 29 de septiembre de 2014

CRÍTICA LITERARIA - OBRA : ROJO Y NEGRO - STENDHAL - FRANCIA








CRÍTICA LITERARIA Le Rouge et le Noir - ROJO Y NEGRO

OBRA                ROJO Y NEGRO
AUTOR              STENDHAL
EDITORIAL       ORIGEN S.A -EDICIONES ORBIS S.A.
PÁGINAS          571


 Stendhal  y "Le Rouge et le Noir" novela publicada en el año 1830.
La trama ocurre en la Francia del siglo XIX

-Ambición, instinto de supervivencia, intento por romper la marca agarrotada de la pobreza.

El run-run que no afloja en constante  juego psicológico.

Julián Sorel, hijo de un carpintero, es el personaje principal, se trata de un hombre joven  de origen modesto  y su hazaña por ascender  en lo económico-social.

Stendhal no oculta ninguna intención descriptiva de la ciudad en donde se desarrolla esta legendaria novela, la situación política y social que ocurre en Francia, forman parte de la construcción de la historia y se encarga justamente de mostrar el pensamiento de su protagonista.

Julian  posee la cualidad extraordinaria de memorizar  y salmodiar secciones  extensas de la Biblia y otros libros, facultad que le será de utilidad, en su labor como preceptor de los hijos del alcalde de la pequeña y bonita ciudad de  Verrières, resguardada del lado Norte por una alta montaña, cuyas cimas se cubren de nieve en primavera y un torrente atraviesa la ciudad, desembocando  en el río Doubs, lo que da movimiento al gran número de serrerías.

La obra de Stendhal, “Rojo y negro” testimonia claramente lo que se vive socialmente en la época, es así como  con inteligencia se tejen los componentes, ligando  lo religioso con un personaje cuya primera opción  de vida, era el sacerdocio. La cuita de un amor imposible.

Lo mental por fuera de la asignación del personaje que aparece y choca  con el dialogo del prohibido  y la moral, que delinea impresiones entre conquistas y amoríos.
Julián Sorel, en su precaria condición  de personaje de Stendhal, añora y se traslada  a la Francia pre Napoleónica, no funda preferencias,  toda vez que  las dos versiones, pre y post Napoleón en el retrato de lo social-político, continúan su destino asignado sin cambios de envergadura.

De acuerdo a variadas enumeraciones en cuanto al juego de valores y el actuar de la sociedad, el sin mayor análisis de la diferencia de clases sociales. El manifiesto a procurarse y rendir pleitesía a quien posee y ostenta un mayor rango se despliega en evidencia cuando el rey visita el pueblo.
Comportamientos y características humanas  en disputa, quedan  como en retrato donde los matices de las actitudes se proyectan.

El recurso de la razón, no se funda, sino que transita entre enajenaciones, dando un sentido especial a la obra, donde los factores anímicos gravitan condicionados por la asimilación y el sentir-actuar  individual del personaje.
Observamos a  Julian, Matilde, el señor y la señora Rènal , el señor Valenod, en detalle, sobre la narrativa e imaginación de Stendhal que se expresa y aprovecha los planos valorativos de la época. Se plantean temas y el enfoque de apreciación pasa por la visión del lector,

CITO: Pág., 565

“El alma de Julian,  lastimada sin cesar por lo que oye decir en aquella casa monárquica està siempre irritada y colérica. Tampoco quiere a la señora de Rènal.
Una noche de verano en que pasaban la velada debajo de un frondoso castaño, en el jardín, muy cerca de la casa, la señora de Rènal roza por casualidad la mano de Julian y retira la suya inmediatamente. Con el alma irritada y colérica, Julian cree ver en ese ademán una señal de desprecio. Tengo que coger esas mano _Se dice_ Y además tengo que conseguir que me la dejen. Una vez dicho esto, Julian empieza a temblar, ya que en fin sólo tiene diecinueve años y nunca ha tenido entre las suyas una mano de mujer joven. No obstante su alma es fuerte, el sentimiento del deber es en él, todopoderoso.”…
Se apodera de la mano blanca y llenita de la señora Rènal, una mano que le retiran apenas, y que por fin le abandonan.

- Ella a la mañana siguiente con horror se da cuenta que se ha enamorado de Julian  y lo trata de mal modo, cuestión que nuestro personaje interpreta como desprecio por ser hijo de un carpintero. El orgullo y altivez de Julian, le impiden enamorarse al principio.

La coherencia de la narrativa, el plantear temas y situaciones  con desenlace diverso donde la moral. el carácter, las personalidades, los planteos reales o ideales, invitan a reflexionar.

El enfoque sensible en lo humano y la manera directa de expresar el mundo real,  de Stendhal, hacen de Rojo y Negro una obra que trasciende y se proyecta a través de  la propia historia.
La conciencia  y el criterio personal se desliza en el lenguaje  y se  asimilan en lo unitario, “lector-enfoque”
El mundo espiritual, propio, musita, entre suelo y cielo, estimulado por la lectura y desarrollo de recursos de expresión  donde se produce un nexo de razón-adquisición/búsqueda-aprendizaje.

Julian Sorel, en su personalidad-fantasía, pierde la conciencia del criterio, dentro de su actividad personal y vivencias, se forja las puertas de la vida.
Se descubre en una época  en donde el estímulo de sus capacidades, debe ir arrimado al sistema eclesiástico, que es el único pilar a través del cual, la tolerancia de clase social  le permitirá relacionarse de cierto modo.
Es así como vemos durante el desarrollo de la novela la cercanía del personaje, a diversos representantes de la iglesia, como lo es desde un comienzo su guía de la infancia, el párroco Chèlan, quien enseña Latín por caridad al joven Sorel, viendo que era de naturaleza no apta para el oficio de carpintero.  Más adelante el Abate Pinard y sus consejos de cómo debe comportarse y actuar, para lograr sus aspiraciones.

Se plantea una evidente crítica a la iglesia y la supuesta “vocación espiritual” de sus miembros. La religiosidad pasa a ser un mero trampolín para el ascenso en lo social, económico, político.

¿Dónde nacen las luchas de poder? ¿Cual es el derecho civil, que rompe con el poder espiritual?

No es acaso el hombre  un ser diluido, que empeña sus alas, sorteando la vida…
Como en un teatro del  ¿Qué dejamos?  Se resuelve la clave.
Todo lo que relata Stenhal en su novela, son hechos reales que ocurrieron en Francia.

El amor no es un paréntesis sino el aflorar de las horas que influyen en el o los puntos de salida.
Se forjan los espíritus y se preparan para la vida, Stendhal  se  fusiona a su personaje  principal en su calidad  y condición de ser humano, con un arquetipo valiente, planteando y fundamentando sus enfrentamientos, logrando un brillo tentador en su logro creativo.

Novela descriptiva que no engendra instantes de monotonía.
Definitivamente debe ser leída.

Rossana Arellano
Escritora-Poeta

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