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lunes, 9 de marzo de 2015

INMORTALIDAD VERSUS CLOQUEO






INMORTALIDAD VERSUS CLOQUEO


Hoy hablaré de aquella distancia insalvable por la escasa o nula solidaridad de los Dandys en decadencia.

Lejos de la Gran Metropoli, proliferan con refinamiento y sin charlatanería, plumas sin afectación artificial, ni compadrazgo. Manifiestan en sus escritos ideas variadas e infinitamente necesarias acorde con la evolución social.
Ocurre que sin la menor estética  se manifiestan lenguas en multiplicidad de lo archi conocido y manoseado, se expresan sin repercusión en ninguna psique, con un degenerado uso del tiempo.

No se si será una cuestión genética del siglo que nos devuelve por un lado a la modernidad y por otro a un padecimiento de neurosis que se ha instalado en las mentes.

La mediocridad arrastra consigo un caudal de auto-referencia sin sentido.

-¿Qué ofrece el lado estrecho de la ruta? = Un cuadro en rojo, sin luminosidad de personas que despliegan  su propio retrato, sin ocuparse que la pintura del cuadro ya no posee orden de línea ni detalle como producto de interés.

No hay meta y al alero un puñado de personas al cloqueo que pretende  un supuesto paso "prometido" al intermedio.
La regla es una burla

¿Quién se ocupa en detalle de los montos recibidos por adhesión?
¿No se supone que la lucha es hombro con hombro?
¿Cual es la Gallina reina que delimita o anula lo ya estipulado?

_ No es por casualidad que un zapato de suela desgastada quede al descubierto, no precisamente a las doce de la noche, cuando la vestimenta cae como plumas demasiado añejas y no hay princesitas con zapatito de cristal.

En el esquema del suelo y las baldosas se ha quedado la música sin llegar a la cita.

Sin motivo alguno que desate preponderancias en la cuestión del movimiento literario, de forma poco inteligente se deja ver el pensamiento de las/los "cogote pelado"
¿A qué recurren?
¿ A lanzar ideas , acaso? o cuidar el Huerto de los Olivos donde se declara un "todos" pero es otro el motivo concebido.

El pensamiento inferior, jamás alcanza a subir desde el borde del cuadro. Así como la base del pensamiento es individual, del mismo modo el ser humano expone con su actuar su valía.

- Poco digno es desconocer lo que hace tu mano, porque el futuro ya fue escrito con antelación.

Tal vez, en la provincia y regiones existe una característica común, un cierto acuerdo tácito si se le quiere nombrar de algún modo. "El camino que conduce al éxito, es el que marca tu propia huella"

Puede ser que no se fragmentan reliquias, ni se custodian sarcófagos en días festivos.  (no niego que aparecen uno que otro tomados del brazo en formato escogido) como queriendo desafiar las inclemencias del tiempo.

Observo el horizonte desde un punto alejado e intento construir varios metros por encima; entonces desaparecen todas esas figuras que no merecen ningún respeto, toda vez que ellas mismas ondulan y serpentean sus patéticas siluetas, rumbo a ningún sitio y majaderas  conservan su papel de período pasado.

Puedo evocar el contorno de ciertas autoridades dignas de pregonar su palabra que perdurará en la corriente regular con verdadera consistencia.
Ahora la realidad es una suerte de plantilla en manos imperfectas que corresponden a individuos sin estatus y con la misma pose de siempre y aunque en lo visual te nombran "Compañero"  Hay evidencia de que jamás lo han sido.

Algunas veces me equivoco e inclino más hacia lo primitivo, entonces huyo de las relaciones humanas que a nada conducen que no sea una pérdida de valores y de valiosas horas con quienes realmente merecen la pena.

Luego echo mano a mis ideales y recupero la propia identidad, lejos del burdel de los delirantes que asoman a insultar mis inteligencias.

Aquel cloqueo entre plumas sin abono y los Dandys quedan al abandono de la línea mental, regresan a sus pensiones y prostíbulos, entonces la memoria vuelve a hablar con los compañeros de siempre.

"...A las aladas almas de las rosas... 
de almendro de nata te requiero,: 
que tenemos que hablar de muchas cosas, 
compañero del alma, compañero"  ... Miguel Hernàndez
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Rossana Arellano
© Ojo con la Crítica




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