A manera de prólogo
Escribir un prólogo para mi hermana Hilda Rocía, ejerciendo aún el oficio de aprendiz de poeta, es para mí un gran honor, toda vez que Hilda posee la virtud
De ser dueña de la palabra y las letras y no es discurso con palabras de buena crianza, toda vez que todo tiene sentido al recorrer sus versos.
Cito del poema Arcángel, por ejemplo:
“No tiembles cuando sientas que un arcángel
roce tu hombro,
ni cuando el amor abrace tu cruz.
Mírales las cuencas en los cristales de sus ojos;
encontrarás unos brazos extendidos,
un corazón abierto
y unos labios rojos resbalando por tu cuello.
Todo advierte una pluma virtuosa, que atraviesa los instintos y las sombras, nos marchamos entre líneas o página adentro de la propia tinta y anotamos un verbo
Sin cojera, que nos abre las puertas con una letra que nos asoma a la puerta, sin
Perder estilo propio.
En ritmo ya, dispuesto el lector a seguir, sintiéndose tal vez personaje, cuando es la sangre que late ofreciendo independencia, se accede a diversas historias perfumadas de magia, entre luz y portales de silencio que sin camuflarse por ser y presentarse todas ellas tan ciertas, las palabras se van trenzando e invitan a ser exploradas.
Resulta del todo irresistible hurgar en los secretos de tanta musa, es así como se desborda la imaginación en espectáculo casi inquietante y salto de uno en otro en
Bohemio y Bohemio II del cual me atrapa el lenguaje, Sueño-Trama, entonces me sumerjo en esta seducción y me entretejo de escritura…
“Bohemio pardo, mi bohemio niño…
embelesada te espío
desde el ojo buey de mi aromático cilantro,
cuando el ángel y el demonio circulan tus genes
entre rosas y espinas.”
De talento especial, con gracia que invita al placer, no resulta extraño caer
En el ensueño del lenguaje y fantasear.
Recuerdo entonces a Walt Whitman, “ recoger de los cerebros de los hombres, sus mentes a medida que las encuentras, recoger el amor de sus corazones, llevar por el camino a tus amantes junto a ti, aunque luego los dejes detrás”…
Escribir un libro es sencillamente extraordinario, la poesía se sumerge en la memoria de todo aquel que la lee, está en todos lados como luz y sombra a la vez, puede habitar en lo alto o andar por los rincones, asomar de golpe, hasta hacer que pierdas el aliento, sintiendo que esas palabras que lees, son tal vez las que siempre quisiste decir, entonces las abrigas en tu pecho y las repite tu mente, guardándolas como un tesoro que habías perdido y encontraste.
Así, desfilan las letras en cielos que proyectan y reciben luz.
Algunos las miran de reojo o las adoptan por un rato para hacer sus propios recados, siempre saboreando lo que ellas le transmitieron con su perfume y aroma original.
Decir que esta melodía y presencia de mi hermana Hilda Roccia , fluye a través de mis venas, sin afán de convencer a nadie, es celebrar una especie de nupcias con sortijas de afecto, que me llenan el alma de emoción.
El amor, es más veloz, si le enseñamos a acariciar, gracias por tu confianza en mi; ahora es tiempo de invitar a muchos al umbral de tu valiosa palabra.
Rossana Arellano Guirao
Escritora- Poeta
Enero 25 de 2014.
“Ven…
quiero que tus plumas airadas y secas
siempre se vean así…
níveas, esplendentes…
armónicas a tu especie angélica,
como el cuerpo de Cristo
asomando puro del cáliz,
en la iglesia que engendras inocente.
Allí donde encubres o ignoras
la relatividad de tu fe.
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