REFLEXIONES PARA UNA CHABELA Y SU PATIPELAO
_Mareadora la vieja, venida a cabra chica, la eterna recorrida ...
Te lo diré en buena Chabelita _mira nada más el tono cariñoso que usaré_
Deja ya de arrastrar la bolsita del pan y continúa tomando tu té del diario vivir, que a ninguno provocas ni lástima. Entérate guachita, que el lloriqueo dejó de estar de moda hace ya mucho tiempo y de tanto moquearte es que te ha dado sinusitis. Ya no van a contrata las lloronas a velorio alguno, es demasiado out.
Al ring, ring-raja de los tiempos actuales, se te quedaron las eses y las heces, por cierto también tu coloquial baile de ceaches.
No te asombres ahora, mira que tu misma dejaste de asombrar hace ya un par de décadas, gastada y desgastada, borracha y cura-guilla, mutilaste tus años y ahora, a lo virtual, te entran ataques de llanto tan ridículo y eso si a postular para teatro del absurdo.
Tal vez Moliere "El Avaro" hubiese contratado tus servicios, por ese afán mezquino de inmediatez horrible y EGO-ista.
Vas dando palos de ciego, Chabelita, y ni siquiera tu nombre, figura en parte alguna.
Deja de festejar el vil lameculismo de iletrados, la fuente inagotable de neófitos y de todos aquellos " de lo que pudo ser y Nunca ha sido"
Es tanta la memoria, Guachita. y lamentablemente para ti, marca la diferencia.
pd. Del patipelao, ni hablar, guachita.
Rossana Hasson Arellano
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